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¿Puedo poner mi nombre a una estrella?

Abrimos este apartado ante la cantidad de personas que nos preguntan por la posibilidad de "poner nombre a una estrella" (o asteroide, planeta, etc).

Hay algunas empresas privadas y páginas web que parecen dedicarse a este menester.

Pero ninguna empresa privada está facultada para poner nombres a las estrellas. Tampoco la NASA, ni la agencia espacial de ningún país, con las que algunas de estas empresas alegan estar relacionadas, tiene esas atribuciones.

El organismo que regula la nomenclatura de los astros es la Unión Astronómica Internacional (www.iau.org), de acuerdo con determinadas reglas, por ejemplo:

  • Las estrellas no podrán en general tomar nombres de personas; sólo números o referencias de catálogo (salvo las que tengan históricamente nombres árabes, latinos, etc). 
  • Los accidentes geográficos de otros planetas y satélites del Sistema Solar podrán tomar nombres de personajes ilustres de la Ciencia, de la Cultura o de la Historia (fallecidos ya).
  • En algunos casos, también una estrella y/o sus exoplanetas pueden recibir el nombre de personajes ilustres (por ejemplo la recientemente nombrada Estrella Cervantes), pero se hace por procedimientos bien reglamentados.
  • Etc...

Los únicos casos en que podemos aspirar a inscribir nuestro nombre o el de otra persona en el firmamento, son los siguientes:

  • Los cometas que se descubran llevarán el apellido de su descubridor.
  • Los asteroides que se descubran llevarán el nombre que su descubridor decida (con ciertas restricciones).

Y por supuesto en estos casos la IAU no cobra por asignar nombres.

La IAU manifiesta en su página web su total desvinculación con estas prácticas comerciales.

Nuestro propósito aquí es informar, de modo que los lectores de esta web, si aun así deciden "poner su nombre a una estrella", lo hagan con conocimiento de causa, pues muchas personas han gastado su dinero estando mal informados sobre este tema.

"Vender nombres de estrellas" puede compararse a "vender parcelas en la Luna", que hace años también estuvo de moda.

Los certificados que nos envíen las empresas "que venden estrellas" pueden ser llamativos, pero no estarán reconocidos por nadie más que por ellos mismos. Nos enviarán también un mapa celeste en el que figure la estrella con nuestro nombre, pero este nombre no figurará en ningún otro sitio, no se registrará en ningún catálogo estelar, no figurará en los libros de texto, nadie, ni profesionales ni aficionados, conocerán a esa estrella por nuestro nombre. La estrella ya tiene su número de catálogo y así es como aparecerá en todos los mapas astronómicos.

Tengamos también presente que, al no estar regulado ni tener ninguna validez, podemos esperar cualquier cosa, como que esta empresa pueda vender de nuevo "nuestra" misma estrella a otra persona, o que distintas empresas vendan la misma estrella a distintas personas. Por otra parte, lo que nos asignan es siempre una estrella muy débil, ni siquiera visible a simple vista, y que costaría trabajo identificar con telescopio.

De modo que si quieres un certificado, coge tu ordenador y tu impresora, y con imaginación, hazte tú mismo uno. Elige la estrella que más te guste, por ejemplo la Polar, o el Sol, y dedícatela a ti mismo o a la persona que quieras. Tendrá exactamente el mismo valor y no tendrás que pagar nada.

 

Comentarios

Parece que el negocio ahora se ha extendido a los exoplanetas

http://www.iau.org/public/extrasolar_planets/